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jueves, 6 de septiembre de 2012

USO DEL MICROSCOPIO



INTRODUCCIÓN


El microscopio es un instrumento indispensable en el laboratorio, ya que al observar a través de él alguna estructura, esta se verá aumentada en tamaño considerablemente, ayudándonos a distinguir detalles que a simple vista no se podrían observar.


Robert Hooke, científico Inglés, en 1665 fue el primero que, utilizando un microscopio, describió la estructura del corcho, semejante al panal de las abejas comparándolas con celdas, espacios que habían sido ocupados por células vivas, dando pauta al descubrimiento de la célula. Observo también otros tejidos vegetales. Posteriormente, en 1674, Antoni Van Leeuwenhoek, fabricante alemán de lentes, fue el primero en observar organismos unicelulares.


A paso de los años, los lentes se perfeccionaron a tal grado que el microscopio aumento su poder resolutivo. Esta mejora en los instrumentos utilizados en el examen de las células esta íntimamente ligada al adelanto registrado en las técnicas del microscopio, que lograron formar una imagen dotada de un contraste perceptible. Este hecho es la piedra angular de la biología.

La utilización del microscopio ha permitido conocer las diversas estructuras celulares de los seres vivos, ya que es un instrumento fundamental para la investigación en Medicina y Biología, entre otras ciencias.

En Botánica, el estudio celular y la estructura de tejidos, es considerado importante en el conocimiento general de especies vegetales y con base en sus estructuras, en el análisis de su función como componentes de un ecosistema.

La mayoría de los conocimientos actuales sobre la estructura celular se obtuvo con la ayuda de los microscopios ópticos, estereoscopio, de contraste de fases y electrónico; por mencionar algunos que permiten ampliar el campo de investigación sobre la estructura celular.

El microscopio estereoscopio o de disección es un instrumento que sustituyo a los lentes de mano, este permitió la manipulación con ambas manos. El uso de este instrumento ha sido recomendado como rutina en la disección de tejido vegetal.

El microscopio óptico realiza una función importante como tiene alta resolución, puede mostrar una imagen con detalles finos que el ojo humano no percibe a simple vista. Estos instrumentos son fabricados con precisión y con una alta calidad, y son capaces de dar magníficos resultados si son usados en forma adecuada.



Partes que constituyen a un microscopio:

  • SISTEMA MECÁNICO
  • SISTEMA ÓPTICO
  • SISTEMA DE ILUMINACIÓN

uso del microscopio





































Descripción de las partes que constituyen a un microscopio óptico.


1. SISTEMA MECÁNICO


  • Soporte: Hecho de metal pesado, en forma de "Y" o de "u", sirve para dar firmeza y estabilidad al aparato.
  • Columna: Une a la platina con la base y sostiene al condensador y al diafragma.
  • Brazo de Potencia: Es una pieza vertical situada en la parte posterior del soporte.
    Por su parte inferior se articula en algunas ocasiones con una charnela que permite inclinar el microscopio.
  • Tubo: Es un cilindro hueco de aproximadamente 160 mm de longitud obscurecido por dentro y por fuera. Proporcionando sostén a los oculares y objetivos.
  • Revolver: Es un tabor giratorio que contiene un sistema de lentes rotatorios llamados objetivos.
  • Cremallera: Sirve para subir o bajar el tubo, lo que implica acercar o alejar el objetivo del espécimen que va a observarse.
  • Tornillo Macrometrico y Micrometrico: Se utiliza para enfocar la muestra objetivo de la observación.
  • Platina: Lamina metálica, colocada horizontalmente, en la que se sostienen las preparaciones. Cuenta con una perforación central que permite el paso de la luz a travez de la muestra. La platina posee, ademas dos pinzas que sujetan la preparación con firmeza. La platina puede ser móvil verticalmente así como horizontalmente, esta movimiento se debe a una cremallera unida a la potencia.


2. SISTEMA ÓPTICO


  • Ocular: Esta situado en la parte lateral del tubo, examina y amplia la imagen producida por el objetivo. Se compone de dos lentes. La primera, que es la inferior, recoge la imagen del objetivo, la reduce y la reforma. La segunda lente, que es la superior, forma una imagen virtual aumentada para ser vista.
  • Objetivos: Son los que controlan el aumento posible y la calidad de la imagen. La mayoría de los microscopios tiene tres o cuatro objetivos dispuestos en el revolver que, al girar, dan cambios rápidamente ajustándolos al tubo.
  • Potencia de Aumento: El aumento total del microscopio se calcula multiplicando el aumento del objetivo por el ocular, a condición de que la longitud del tubo sea de 160 mm.


3. SISTEMA DE ILUMINACIÓN

  • Condensador: El cono de la luz que ilumina la preparación procede del sistema condensador, montada debajo de la platina. El montaje esta dispuesto de modo que el condensador puede subir y bajar. El condensador es un sistema de lentes (de dos a cuatro) que maneja la iluminación concentrando la luz que procede de la lampara.
  • Diafragma: Es una abertura en la parte inferior del condensador controlada por una palanca lateral, la cual regula la cantidad de luz que llega al objetivo.
  • Lampara: La iluminación del microscopio puede ser suministrada por una lampara incorporada en la base.



Las partes de un microscopio pueden variar de acuerdo a la marca y fecha de construcción de los mismos.

uso de microscopio






























Aumento y Poder de resolución del Microscopio


La posibilidad de estudiar objetos pequeños con el microscopio depende de su poder de amplificación y de su poder de resolución, pero principalmente de este ultimo.


La amplificación se obtiene mediante los dos sistemas de lentes ya descritos, el ocular y el objetivo. El objetivo enfoca los rayos de luz procedentes de la muestra, formando una imagen real aumentada dentro del tubo del microscopio. La imagen real se amplifica posteriormente por el ocular.  Así pues, la amplificación total del microscopio compuesto sera el producto del aumento del objetivo por el del ocular.  El numero de aumentos del objetivo y el ocular vienen grabados sobre la propia montura de los mismos.


Ej: El objetivo 20x con un ocular 10x dará un aumento de 200 diámetros.


Puesto que la amplificación total de un microscopio compuesto es el producto de la amplificación de dos sistemas de lentes, podría pensarse en aumentar indefinidamente la imagen usando lentes adicionales.  Desafortunada-mente, no existe forma de mejorar de esta manera el microscopio compuesto que conocemos en la actualidad.   El factor limitan-te radica en la naturaleza de la luz.  Tan importante como el poder de resolución de una lente es su capacidad de presentar como distintos y separados dos puntos adyacentes cercanos.  El poder resolutivo del ojo humano es de 0.1mm.   Esto quiere decir que a simple vista somos capaces de distinguir como independientes dos puntos separaos 0.1mm entre si, en tanto que si están mas próximos los veremos como un solo punto. 




martes, 4 de septiembre de 2012

CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN HUMANA, SU DISTRIBUCIÓN Y DEMANDA DE RECURSOS





El desarrollo de  la población en los últimos 10 000 ha ofrecido muchos beneficios a los seres humanos. Se han hecho grandes avances en la producción de alimentos, en la provisión de calor, luz y abrigo, y el tratamiento y cura de algunas enfermedades. 

Todos estos logros se deben a la habilidad de nuestra especie para manipular su entorno. Este éxito espectacular ha provocado un crecimiento de la población humana de sobre maniera Sin embargo el dominio de la especie humana,  asociado a las modernas tecnologías industriales y agrícolas, amenaza nuestro planeta de diversas maneras, entre las cuales cabe citar:

la rápida reducción de los recursos terrestres por una población en continuo crecimiento
la contaminación del entorno por la industrialización a gran escala
la destrucción de ecosistemas naturales 
la extinción acelerada de plantas y animales
la pérdida constante de suelos agrícolas productivos, debido a la erosión y la desertización.


Crecimiento de la población humana

  Probablemente el problema ecológico más grande de nuestro tiempo es el acelerado crecimiento de la población humana. Durante la mayor parte del tiempo en que los seres humanos han vivido en la Tierra, su población ha tenido un crecimiento bastante constante y lento. Por ejemplo, entre los años 10 000 y 500  a. J. C. la población global paso de 5 millones ha 100 millones. Hacia el año 13000 de nuestra era alcanzaba los 500 millones, y a principios del siglo XIX se había duplicado, llegando a ser 1000 millones. Desde entonces ha habido una auténtica explosión de la población humana, llegándose a más de 5000 millones en 1987. Ya ha finales del siglo XVIII, el economista británico Thomas Malthus, en su Ensayo sobre el principio de la población (1798-1803), advertía de los peligros de un crecimiento explosivo de la población.

   El rápido crecimiento de la población, especialmente en los últimos 200 años, se ha debido a la disminución de la taza de mortalidad y no al crecimiento de la taza de nacimientos. El hecho de que las fuentes de alimentos, el agua potable y la salud pública estén al alcance de la mayor parte de la población ha dado como resultado una mayor longevidad.

En las últimas décadas, paralelamente al crecimiento masivo de la población, se ha asistido a un desplazamiento significativo de los habitantes de los medios rurales a los grandes centros urbanos. En 1950 había alrededor de 750 millones de personas viviendo en áreas urbanas, lo que representaba el 25% de la población total. En los años 2000 las áreas urbanas acumularán casi la mitad de la población mundial, es decir unos 28000 millones de habitantes.

La mayor parte de esta expansión urbana también ha tenido lugar en los países recientemente urbanizados. El rápido crecimiento de ciudades como Sao Paulo o Bangkok han sobrepasado el número de empleos y viviendas disponibles. Consecuentemente muchas personas viven en barrios marginado, como favelas del Brasil o las villas de la miseria de Argentina, en alojamientos inadecuados a menudo carentes de servicio de agua corriente y alcantarillado. En esos lugares existe un alto índice de desempleo, una pobreza generalizada y una falta de servicios básicos, como escuelas y hospitales.


Presiones sobre los recursos naturales

   A medida que la población humana se expande, manteniéndose al mismo tiempo el ritmo de desarrollo económico global, crece la demanda de alimento, de agua, de combustibles fósiles, de minerales y de otros recursos naturales. En muchos casos estos recursos son escasos, y cada vez mayor la competencia para obtenerlos. Las regiones de la tierra, fácilmente cultivables _alrededor del 11% de la superficie terrestre libre de hielo- está dedicada a la producción de alimento, ya sea para los seres humanos o para la ganadería. Las reservas de pescado disminuyen rápidamente en muchos de los océanos como consecuencia de una pesca exagerada. Las reservas de petróleo y las de gas natural, fácilmente accesibles se están explotando en la actualidad o bien ya se han agotado. Unos dos mil millones de personas padecen escasez crónica  de agua. 

En los países desarrollados, la mayor parte del paisaje se ha transformado debido al desarrollo económico. La agricultura, la silvicultura, la industria, la construcción de viviendas y de vías de comunicación no son más que uno de los usos del suelo que han alterado o destruido los hábitats  naturales y la vida silvestre. Hay además otras formas de comunicación medioambiental relacionadas con el suelo, el agua y el aire, que también ha dañado muchos ecosistemas.

   Gran cantidad de países menos desarrollados se enfrentan a serios problemas económicos y sociales ocasionados por la rápida  multiplicación de la población y la necesidad de financiar sus industrias e infraestructuras. Estos países tienen que dedicar una parte demasiado importante de los fondos del estado a pagar los intereses que los países desarrollados les han prestado. De esta manera se desvían los valiosos recursos que deberían emplearse en el desarrollo interno. 

Por otra parte, estos países reciben enormes presiones para que exporten sus depósitos minerales y otros recursos naturales, como la madera para la construcción. Gran parte de las tierras de las tierras de cultivo productivas se utilizan para obtener cosechas rentables, como el cacao y el café, que pueden exportarse a los mercados de ultramar. Estas presiones llevan a menudo a la transformación de las formas tradicionales de cultivo, y los agricultores locales se ven obligados a trabajar tierras menos fértiles o que no han sido cultivadas con anterioridad. Esta situación provoca la ocupación de tierras semiáridas o de desmonte. La alteración humana de estos frágiles ecosistemas puede tener amplias y grabes consecuencias, como la degradación del suelo, la pérdida de  hábitats naturales y la reducción de las poblaciones silvestres de plantas y animales.


Tala

   Asolar una porción de tierra con el propósito de sembrar plantas de cultivo, de criar ganado o realizar cualquier otra actividad humana generalmente significa quemar o talar bosques y selvas vírgenes (naturales): deforestar. Antes de la introducción de la agricultura, hace unos 10 000 años, se calcula que la mitad de la superficie terrestre estaba cubierta con árboles. De estos bosques y selvas originales, solo queda intacta la cuarta parte. El resto ha sido destruido o transformado en bosques plantados, más uniformes en su composición, y muy diferentes de la vegetación original.

   El desarrollo de la agricultura  y – desde la mitad del siglo XVIII en adelante- la revolución industrial han acelerado la destrucción de bosque y selvas en muchos países templados. Hacia finales de la edad media, el 80% de los bosques europeos habían sido talados. De manera similar la colonización de América del norte significo una rápida tala. 

En los Estados Unidos queda menos del 5% de selvas y bosques originales. En la actualidad son las selvas de la regiones tropicales o subtropicales, tanto las húmedas y secas, las que se encuentran bajo un ataque similar de los taladores y de los agricultores. Desde principios de siglo alrededor de la mitad de las selvas tropicales del mundo han sido taladas, y ello significa unos 800 millones de hectáreas. En 1990 se estimó que un área similar a la que ocupa el golfo de California (unos 16 millones de hectáreas), se había destruido cada año.

Esta tala es el resultado de varias actividades:

extracción de madera para la construcción
tala de árboles para obtener madera como combustible y carbón
asolamiento de terrenos a pequeña por agricultores desplazados o inmigrantes sin tierra
asolamiento a gran escala para la cría de ganado  y la siembra de plantas de cultivo.
extracción de minerales

   La desaparición de bosques y selvas, tanto templados, como tropicales, puede tener consecuencias ecológicas a gran escala. Las selvas liberan grandes volúmenes de vapor de agua hacia la atmósfera, y este forma nubes que se precipitan en forma de lluvia. Además de reducir el agua atmosférica, la pérdida de bosques y selvas impide que la lluvia que cae sea retenida localmente, disminuyendo las reservas de aguas subterráneas e impidiendo que la humedad de las rocas se recupere. De esta manera se provoca primero la escasez de agua y posteriormente la sequía.

  En comparación con los bosques templados las selvas tropicales son ecosistemas especialmente frágiles. Su riqueza de vida natural y vegetal parece contradecir el hecho de que sus suelos son normalmente pobres. Todos los nutrientes disponibles están enredados en los árboles y otros organismos, o contenidos en las hojas muertas y en otros restos de plantas y animales, que permanecen en la superficie del suelo. Estas reservas son captadas rápidamente por las plantas y recicladas, sin que el suelo se enriquezca.

  Talar y quemar los árboles deja sus nutrientes en el suelo en forma de cenizas, proporcionando una ayuda fértil que dura poco. Sin embargo,  los nutrientes son lixiviados por las lluvias torrenciales, muy comunes en esas regiones. En consecuencia los cultivos que se realizan pueden ser productivos solamente durante unos años, antes de que agoten las reservas del suelo y los agricultores se vean obligados a abandonar esa tierra.

   Desprovisto de la cubierta de la densa vegetación, el suelo de la selva es arrasado, constituyendo, aluviones que obstruyen los ríos y de los estuarios. Este fenómeno puede afectar la pesca local. La explotación y la colonización de las selvas tropicales también es una amenaza para los pueblos indígenas que las habitan. Al mismo tiempo que toman posesión de las tierras que habitan los indígenas y quebrantan los modos de vida tradicionales, los colonizadores portan enfermedades contra las cuales los habitantes de la selva tienen pocas defensas naturales.

  Los restos de los bosques templados también se están acabando de manera acelerada. En Noruega no se ha dejado prácticamente ningún bosque virgen, y en la actualidad las industrias madereras están haciendo grandes incursiones al interior de los bosques de coníferas de Canadá y de Rusia. Además, muchos bosques del hemisferio norte se ven afectados por el fenómeno llamado muerte del bosque.


Demanda de madera combustible

  Cerca de dos mil millones de personas utilizan en el mundo la madera como combustible, energía para cocinar, para calentarse y para otros usos domésticos. En países como Tanzania, Nepal y Malí, el 90% del consumo energético doméstico se obstine de la madera. Incluso en naciones recientemente industrializadas, como la India  y Brasil, gran número de personas, especialmente en las áreas rurales, todavía dependen más de la madera que del petróleo, del gas o de otros combustibles fósiles. Se cortan numerosos árboles para satisfacer la demanda de combustible y en muchos lugares estos árboles no se recuperan. Se calcula que, en el año 2000, mil millones de personas deberán hacer frente a una escasez crónica de madera.

  Otro factor que es necesario tomar en cuenta es el aumento de la población urbana. En muchos países subdesarrollados gran parte de los habitantes pobres de las ciudades, utilizan el carbón como combustible doméstico. Este material menos pesado que la madera, es de transporte menos costoso. Pero más de la mitad de la energía contenida en la madera original se pierde cuando se transforma en carbón. Ello significa que los consumidores urbanos gastan el doble de madera combustible que los habitantes de las zonas rurales.

   La escasez de madera combustible conlleva una mayor dedicación a su búsqueda. La necesidad de mantener valiosas reservas de madera puede llevar a que se consuman menos alimentos cocinados y a que el agua se hierva durante menos tiempo, lo que puede contraer un mayor riego de adquirir enfermedades.

   La escasez de madera puede llevar también al aprovechamiento del estiércol seco como combustible y de los rehuidos de cosechas. Se reduce de esta manera la cantidad de estos materiales incorporados al suelo y esparcidos como fertilizantes, lo que provoca una reducción en la fertilidad del suelo. Se estima que en Asia y África, se queman a año 400millones de toneladas de estiércol como combustible. Si fuera utilizado como fertilizante se podían producir cosechas extras equivalentes a 20 millones de toneladas de grano.


Destrucción de las cuencas hidrográficas 

La tala de las regiones de tierras altas puede tener efectos devastadores incluso a grandes distancias. El daño ecológico infringido a las cuencas hidrográficas del Himalaya en las décadas recientes es un buen ejemplo de este fenómeno. Más allá del 40% de los bosques de esta región del Asia central ha sido talado en los últimos 40 años. La capacidad de retener el suelo que tienen las raíces de los árboles es especialmente importante para mantener la estabilidad de las vertientes montañosas. 

Los árboles también ayudan a retener el agua de la lluvia atrapándola en sus hojas y ramas,  donde se vierte poco a poco en el suelo expuesto. Cuando los árboles desaparecen, la filtración del agua disminuye de manera importante y el agua de lluvia es arrastrada llevándose consigo el suelo expuesto. El agua corre por la superficie, llena los canales, causa deslizamiento e inundaciones. El suelo fértil se pierde, las terrazas se dañan  y las cosechas acaban enterradas en el fango. La fauna y la flora naturales se encuentran amenazadas por todos los caminos.

  Además los efectos se hacen sentir también a grandes distancias. La eliminación de la vegetación del Himalaya ha aumentado mucho el riesgo de inundaciones en la India y en el Bangla Dehs debido al rápido del agua de las lluvias mozónicas desde las montañas hacia las tierras bajas. La capacidad de los cauces de los ríos se reduce divido a la gran cantidad de fango acarreado desde las faldas del Himalaya. Los ríos Ganges y Brahmaputra, transportan más de 3000 millones de suelo cada año hacia la bahía de Bengala. El aumento extremo de del influjo de los ríos crea ciclos de inundaciones y sequías, y afecta el reciclamiento del agua en las grandes áreas. Esta serie de problemas han sido causados por la aplicación de formas industriales masivas para satisfaces las demandas de una población en constante crecimiento.


Erosión del suelo

Todos los suelos están sujetos a algún grado de erosión por el viento y el agua. Esta pérdida, en general, se repara de manera natural. Pero cuando la erosión es muy marcada o súbita puede dar como resultado la disminución o la anulación de la productivilidad de las tierras de cultivo. El suelo desprendido se transpone a grandes distancias, llevado por las ventadas, por los arroyos, los ríos y los estuarios, causando la elevación de estas cuencas hidrográficas. 
La erosión del suelo es un problema global, originado por métodos de cultivo inadecuados, por la tala de árboles o por un pastoreo exagerado. Un tercio de las tierras de cultivo de los Estados Unidos se encuentran seriamente afectadas por la erosión del suelo.

  La erosión del suelo es especialmente grave en los frágiles ecosistemas de las regiones tropicales y secas. En muchas partes de Áfricas la causa de la erosión ha sido el abuso del pastoreo. Cuando un gran número de animales que pacen-como las cabras, ovejas, vacas- se concentran en un área determinada durante mucho tiempo, la cubierta vegetal se reduce o incluso desaparece, dejando el suelo descubierto y haciéndolo vulnerable a la erosión.


Dersertización

La desertización es el proceso por el cual la tierra pierde su fertilidad, de manera que no puede utilizarse ni como tierra de cultivo ni como zona de pastoreo. Cuando el agente es la acción humana, e habla de la desertificación. La desertificación es el estado final típico de una degradación gradual. La tierra se ha vuelto árida y estéril, tiene muy escasa vegetación y es fácilmente erosionable. Se calcula que cada año se pierden alrededor de seis millones de hectáreas de tierras productivas por ese proceso. Otros veinte millones de hectáreas van empobreciendo sus suelos hasta el punto, que cultivarlos ya no resulta rentable. En la actualidad la dersertificación amenaza  el 30% de la superficie terrestre, que proporciona el sustento a alrededor de mil millones de personas.

Las causas principales de la desertidicación son:

la tala de bosques y selvas
el pastoreo exagerado
el cultivo intenso


 La tala y el abuso del pastoreo son los principales factores que intervienen  en la transformación de las selvas secas tropicales y de los matorrales de los desiertos. El problema aumenta cuando los agricultores se desplazan de las tierras fértiles, donde el suelo agota rápidamente sus nutrientes si los cultivos no se alteran con largos períodos de barbecho. El empobrecimiento de los suelos provoca que los agricultores limpien más terrenos y extiendan así la degradación. Los árboles se cortan a menudo para obtener madera combustible y se acelera así la erosión.




Biografía:
Enciclopedia Temática Océano

BLOQUES ECONOMICOS



La formación de los bloques



En 1947, finalizada ya la Guerra, tomó estado oficial el enfrentamiento entre los dos bloques.
Las crisis de posguerra, tanto inglesas como francesas, pusieron a EE.UU. en el papel de líder de uno de los bloques.


Washington basó su estrategia en lo siguiente: 

1) El sostenimiento de un gran potencial militar y tecnológico. 

2) La ayuda económica para la reconstrucción de los países afectados a cambio de amplias facilidades para la penetración económica y política en esos países. 

3) El apoyo a las dictaduras anticomunistas en todo el mundo. 

4) la creación de un sistema de pactos internacionales. 

5) El establecimiento de bases en puntos estratégicos. 6) La propagación de la ideología anticomunista. 




Moscú apostaba a lo siguiente: 


1) Se basaba en la firme creencia de que el capitalismo occidental no podría superar el caos que siguió a la Segunda Guerra. 

2) El continuo aumento del poderío militar (En 1952 era del 80% del gasto público) y tecnológico. 

3) La formación de un bloque militar con los países de Europa Oriental. 

4) El establecimiento de un sistema económico integrado, con el control de las economías de sus aliados-satélite. 

5) El apoyo a los movimientos de liberación en todo el mundo.





BLOQUES ECONOMICOS:

UNION EUROPEA


Su unidad monetaria es el EURO, Es la organización supranacional del ámbito europeo dedicada a incrementar la integración económica y política y a reforzar la cooperación entre sus estados miembros. Nació el 1 de noviembre de 1993. Conformado por doce miembros: Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Reino Unido, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y España.


NAFTA


Es el acuerdo económico, cuyo nombre original es North American Free Trade Agreement, ue firmado por Canadá, México y Estados Unidos el 17 de diciembre de 1992, y entró en vigor el 1 de enero de 1994. Los respectivos signatarios del Tratado fueron el primer ministro canadiense Brian Mulroney, el presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari y el presidente estadounidense George Bus.


COMUNIDAD ASIÁTICA


Muchas zonas de Asia están económicamente subdesarrolladas. Un elevado porcentaje de la población del continente se dedica a la agricultura, pese a lo cual gran parte de la actividad agrícola se caracteriza por cosechas y productividad laboral relativamente bajas. En conjunto, una minoría de los asiáticos está empleada en actividades de manufactura; en muchas ocasiones los centros urbanos y las industrias no se han integrado adecuadamente con el sector rural. Los sistemas de transporte locales e internacionales de los países asiáticos todavía están poco desarrollados en muchas zonas, pero han mejorado notablemente en los últimos años.


MERCOSUR


Organización regional del espacio sudamericano constituida en virtud del Tratado de Asunción. Fue éste firmado el 26 de marzo de 1991 por los presidentes de Argentina (Carlos Saúl Menem), Brasil (Fernando Collor de Mello), Paraguay (Andrés Rodríguez) y Uruguay (Luis Alberto Lacalle). El espacio que engloba el Mercosur constituye un mercado de más de 200 millones de personas. Esta cifra se aproxima a la población de América del Norte y no dista demasiado de los 300 millones de habitantes de la Unión Europea (UE). El producto interior bruto (PIB) del área integrante del Mercosur alcanza los 800.000 millones de dólares, aproximadamente el 60% del PIB regional.


GRUPO DE LOS SIETE (G-7) 


Es el foro político y económico formado por los siete países más industrializados del mundo: Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos. El G-7 (cuyo nombre completo es Grupo de los Siete Países más Industrializados) nació de un modo informal a raíz de las reuniones de los ministros de finanzas organizadas en la década de 1970. 


GRUPO DE LOS 77 (G-77)


Conjunto de países en vías de desarrollo y del Tercer Mundo creado en 1964 para adoptar posiciones comunes en temas de comercio y desarrollo económico, promover sus intereses económicos y potenciar su poder negociador en el seno de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).


ALEMANIA


A pesar de los grandes destrozos sufridos por las dos Alemanias durante la II Guerra Mundial, ambos países surgieron como potentes economías en la década de 1960. Alemania Occidental se convirtió en una potencia económica mundial en las dos décadas posteriores, mientras que Alemania Oriental fue una de las economías más avanzadas entre los países componentes del Pacto de Varsovia. 


La reunificación ha supuesto un golpe muy duro para la economía de ambas zonas. La Alemania Occidental ha tenido que soportar los costes de la financiación de las mejoras en la infraestructura, el medio ambiente y la industria de la parte oriental, mientras que muchas empresas del Este han quebrado debido a la fuerte competencia de las de Alemania Occidental. Aún así, Alemania sigue siendo una potencia en la economía mundial. En 1997 el producto interior bruto fue de 2,09 billones de dólares.




Moneda y banca

La unidad monetaria en Alemania es el deutsche mark, o DM (1,73 marcos alemanes equivalían a 1 dólar estadounidense en 1997). El marco se divide en 100 pfennigs.
El banco de emisión es el Deutsche Bundesbank, una institución autónoma no gubernamental con sede en Frankfurt. Entre los bancos comerciales privados más grandes de Alemania se encuentran el Deutsche Bank A.G., el Dresdner Bank A.G. y el Commerzbank A.G. Existen muchas instituciones de ahorro y créditos. Tras la reunificación, los bancos más grandes del país se establecieron rápidamente en la antigua Alemania Oriental.

La unidad monetaria de Alemania Oriental era el marco de Alemania Oriental subdividido en 100 pfennigs. En julio de 1990, las monedas de las dos Alemanias se unieron. A la mayor parte de los alemanes orientales se les permitió equiparar 4.000 marcos orientales a los occidentales y canjear el resto por marcos occidentales a un cambio de dos a uno. Según las estipulaciones del Tratado de Maastricht se formará un Banco Central Europeo, que tendrá sede en Frankfurt.




Comercio exterior 

Alemania es un gran país comercial. En abril de 1994, el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) situaba a Alemania como uno de los principales países exportadores en 1993. Desde comienzos de la década de 1950 hasta la de 1980, Alemania Occidental obtuvo un mayor beneficio de las ventas por exportación de lo que gastaba en importación. Alemania Oriental desempeñó un importante papel comercial dentro del bloque soviético. Sin embargo, tras la unificación, el excedente comercial de Alemania se ha reducido. Las principales exportaciones del país son maquinaria, vehículos de motor, productos químicos, hierro, acero, y tejidos y vestidos. Sus principales importaciones son petróleo crudo y refinado, maquinaria, alimentos, productos químicos, ropa y vehículos de motor. Alemania continúa siendo un destacado socio comercial de los países occidentales (entre los que destacan los Estados miembros de la Unión Europea, Estados Unidos, Suiza y Austria y los países de Europa Oriental). Además, en la Unión Europea la mayoría de los productos industriales alemanes circulan libremente en los Estados miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). En 1996 el valor de las exportaciones fue de 521.111 millones de dólares y el de las importaciones de 455.683 millones de dólares.


LOGROS ASIÁTICOS

Muchas zonas de Asia están económicamente subdesarrolladas. Un elevado porcentaje de la población del continente se dedica a la agricultura, pese a lo cual gran parte de la actividad agrícola se caracteriza por cosechas y productividad laboral relativamente bajas. En conjunto, una minoría de los asiáticos está empleada en actividades de manufactura; en muchas ocasiones los centros urbanos y las industrias no se han integrado adecuadamente con el sector rural. Los sistemas de transporte locales e internacionales de los países asiáticos todavía están poco desarrollados en muchas zonas, pero han mejorado notablemente en los últimos años.

Sin embargo, hay un creciente número de excepciones. Japón ha modernizado con éxito su economía, al igual que Israel, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y, en menor grado, Indonesia, Malaysia, Tailandia, Turquía y los estados petrolíferos de la península Arábiga. En general han conseguido tasas de crecimiento económico que superan el 5% anual, un porcentaje que se aleja de sus tasas de crecimiento demográfico. En cambio, aunque los países del suroeste de Asia han hecho progresos, la distribución de los ingresos ha quedado más concentrada que en otros países. Estimulada por las inversiones extranjeras a gran escala, la rápida privatización y la industrialización, la República Popular China consiguió el crecimiento más rápido de Asia a principios de la década de 1990. Se estima que la economía china creció un 12% en 1992, aunque los niveles de renta per cápita permanecieron relativamente bajos. Vietnam y Laos, dos de los países más pobres de Asia, están empezando a conseguir un significativo crecimiento económico y a captar un notable nivel de inversión extranjera.


SINGAPUR

La ciudad portuaria de Singapur se creó como centro de distribución sobre la base de la tradición comercial autóctona; es una de las áreas económicas de Asia, que posee unas tasas de crecimiento anual más elevadas, el 8,5% desde 1966, al que hay que añadir un ligero aumento desde 1990. El nivel de vida es de los más altos de los países de la región. La importancia que ha tenido el comercio internacional se ha diversificado hacia una industria ligera, y hacia el sector financiero. En 1997 el producto interior bruto se estimaba en 96.319 millones de dólares, lo que equivalía a 31.040 dólares per cápita (según datos del Banco Mundial ). El presupuesto anual para el año económico 1996 establecía unos ingresos de 26.880 millones de dólares y unos gastos de 19.457 millones de dólares.


Moneda y banca  

La unidad monetaria es el dólar de Singapur dividido en 100 centavos (en 1997 1,48 dólares de Singapur equivalían a 1 dólar estadounidense). La actividad financiera la lleva a cabo el Banco Central de Singapur aunque no se encarga de la emisión de moneda, actividad desempeñada por la Oficina de Comisionados de Moneda. Singapur es un importante centro de la banca mundial. El Banco de Desarrollo de Singapur es el mayor banco del país; en esa misma década operaban 128 bancos comerciales y 78 mercantiles. La banca extranjera controla más del 60% de los activos bancarios totales. La Bolsa de Singapur es un importante centro transaccional para las monedas asiáticas, aunque con tasas más bajas que la de Tokio.


Comercio exterior  

Singapur es el puerto más activo del mundo y extiende sus muelles hasta el puerto de Keppel en la costa meridional. La mayor parte de su comercio se centra en artículos producidos en la región. En 1996 las importaciones anuales suponían un volumen total de 131.338 millones de dólares, mientras que las exportaciones alcanzaban la cifra de 125.014 millones de dólares. Estados Unidos, Japón, Malaysia, China, Taiwan, Alemania y Hong Kong son los principales socios comerciales de Singapur. Las reservas de divisas a mediados de la década de 1990 eran de 60.000 millones de dólares estadounidenses, lo que sitúa a Singapur en el primer puesto a nivel mundial.


TAIWÁN

El gobierno ha venido aplicando un activo programa de industrialización, y en la década de 1980 las industrias eran el principal sector de la economía. La política económica se puso en práctica por medio de una serie de planes multianuales, que se iniciaron en 1953 y que se diseñaron con el objetivo de incrementar la producción y desarrollar las industrias de exportación. En 1991, Taiwan emprendió un programa de construcción de obras públicas con un presupuesto de 300 mil millones de dólares estadounidenses.
A finales de la década de 1980, el producto interior bruto había alcanzado la cifra de 91.700 millones de dólares (4.325 dólares per cápita) y el índice de crecimiento anual ascendió al 7%. El presupuesto anual registró 19.000 millones de dólares de gastos.



Comercio internacional

La actividad comercial de Taiwan es una de las más importantes de Asia. En 1996 el valor anual de las exportaciones fue de 115.726 millones de dólares y las importaciones supusieron 101.278 millones. Las principales exportaciones fueron textiles y prendas de vestir, equipos eléctricos y electrónicos, artículos de plástico, juguetes y productos de la industria alimentaria. Entre las importaciones destacaron petróleo bruto, madera, hierro y acero, maquinaria, equipos eléctricos y electrónicos y productos de la industria alimentaria. Taiwan comercia principalmente con Estados Unidos, Japón, Alemania, Hong Kong, Australia y Arabia Saudíta.



HONG KONG

Desde el final de la II Guerra Mundial, Hong Kong se ha transformado en uno de los centros industriales, financieros y comerciales más importantes del mundo. Igualmente desempeña el papel de trampolín para el comercio y la inversión en la China continental, lo que ha ido aumentando sus intereses económicos en el continente asiático.
Moneda y banca 

La unidad monetaria de Hong Kong es el dólar de Hong Kong (7,7327 dólares de Hong Kong equivalen a 1 dólar estadounidense en 1995); la emisión se realiza a través del Banco de Hong Kong y Shanghai, el Banco Standard y Chartered y, desde 1994, del Banco de China. La colonia es un centro financiero importante en el que muchos bancos extranjeros tienen sucursales. La Bolsa de Hong Kong es una de las más importantes del mundo.



Comercio exterior 

Su importancia como puerto marítimo se debe a su excelente puerto natural, que es el único apropiado entre Shanghai e Indochina. Hong Kong cobra pocos impuestos aduaneros, maneja una gran cantidad de mercancías y funciona como importante nexo con el mercado exterior de China. Los principales productos importados son comestibles, materias primas industriales, equipos de maquinaria y transporte, equipos de telecomunicaciones y químicos. Para la exportación destacan los productos textiles y de confección, así como los de relojería, maquinaria eléctrica, juguetes y piezas electrónicas y de informática. Los principales mercados con los que comercia Hong Kong son China (cuyas inversiones desempeñan un papel básico en el desarrollo económico chino), Japón, Alemania, Estados Unidos, Singapur, Corea del Sur, Canadá y Gran Bretaña.


COREA

La república de Corea se divide en:


COREA DEL NORTE: Con el establecimiento de la República Democrática Popular se nacionalizó toda la industria y se colectivizó la agricultura. Sucesivos planes económicos han apuntado hacia el desarrollo de la industria pesada y en la mecanización de la agricultura. El presupuesto nacional anual estimado a finales de la década de 1980 se componía de 15.900 millones de dólares entre ingresos y gastos. 
Moneda y banca 
La unidad monetaria es el won (0,97 wones equivalían a 1 dólar estadounidense en 1991). Corea del Norte tiene tres bancos, todos ellos bajo control estatal; el Banco Central de Corea es el banco emisor.


COREA DEL SUR: Tradicionalmente, la economía de Corea del Sur se basaba en la agricultura; sin embargo, desde comienzos de la década de 1960 se ha llevado a cabo una industrialización extraordinariamente rápida; el producto interior bruto (PIB) ha crecido más de un 9% anual entre mediados de la década de 1960 y comienzos de la de 1990; desde entonces ha disminuido aproximadamente en un 8%. Actualmente, Corea del Sur es una de los doce mayores estados comerciales del mundo. Los planes quinquenales económicos que comenzaron en 1962 se han concentrado en el desarrollo industrial. Las ayudas económicas, especialmente de Estados Unidos y Japón, han sido muy importantes para el crecimiento económico del país. El producto interior bruto (PIB) en 1996 era de 484.777 millones de dólares. La agricultura ha contribuido aproximadamente en un 6,28% a esos datos mientras la industria y la minería lo han hecho en un 42,82%. A mediados de la década de 1990 los datos del presupuesto anual mostraban un balance favorable entre ingresos y gastos en 11.075 millones de dólares.

La economía surcoreana ha estado tradicionalmente dominada por los chaebol (conglomerados industriales), grandes empresas como Samsung y Hyundai. Estas corporaciones gigantes han sido objeto de una reciente reforma legislativa, pues se cree que obstaculizaban la libre competencia. Los chaebol se han redirigido hacia sus propias áreas de negocio.

Moneda y banca

La unidad monetaria de Corea del Sur es el won dividido en 100 ohons (804,45 won equivalían a un dólar estadounidense en 1996). El banco emisor es el Banco de Corea. Existen 23 bancos comerciales nacionales y provinciales, además de algunos gubernamentales y numerosas cooperativas agrícolas.






















EL PAPEL DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL EN LA CRISIS DE LA ARGENTINA




Noviembre 2004

La creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) formó parte del diseño político con el que el mundo capitalista logró establecer principios de equilibrio para el desarrollo de un mercado financiero global, con el objetivo expreso de fomentar la cooperación monetaria internacional; facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional; fomentar la estabilidad cambiaria, contribuir a establecer un sistema multilateral de pagos; poner a  disposición  de los países miembros con dificultades de balanza de pagos, temporalmente y con garantías adecuadas, los recursos generales de la institución, y acortar la duración y aminorar el grado de desequilibrio de las balanzas de pagos de los países miembros. La Argentina se incorporó al organismo en el año 1956, nueve años más tarde del inicio de sus operaciones financieras en marzo de 1947, como un antecedente de una histórica relación conflictiva con el FMI.

En tiempos recientes, entre el inicio de la recuperación democrática, en 1984, y el 2001, año del estallido de la crisis político-económica más grave de su historia, la Argentina suscribió ocho acuerdos de préstamos con el FMI por un monto total de alrededor de 35 mil millones de dólares, de los cuales se  desembolsaron más de 22.000 millones de dólares (Lucioni L. 2002).

La magnitud única y superlativa del default y la circunstancia de que la Argentina es el tercer mayor deudor del FMI –por un monto aproximado de 15 mil millones de dólares, luego de Brasil y Turquía- hacen pertinente el análisis de las acciones de todos los actores involucrados, en especial el papel jugado por la principal institución financiera multilateral.

No escapa al análisis del desempeño del FMI la influencia que su principal aportante –los EE.UU.- ha tenido y tiene sobre sus decisiones soberanas, no sólo a través de la forma en que el FMI se desempeña institucionalmente, sino mediante las recomendaciones de los funcionarios de la administración y el impulso favorable, del propio presidente George W. Bush,  recomendando que el presidente argentino “pelee hasta el último centavo” en vistas a una resolución del caso argentino.

Esta influencia de la política sobre las decisiones del Fondo ha recibido duras críticas, como las vertidas con crudeza en un escrito del CATO Institute, un defensor de la libertad  irrestricta de los mercados: Una de las principales razones del fracaso de Argentina es la incompetencia del gobierno, el cual ha sido posible gracias al Fondo Monetario Internacional y a su principal patrocinador, Estados Unidos” y concluye: “Como resultado, [de las políticas del FMI] los argentinos ahora vilipendian al Fondo y a su principal patrocinador, Estados Unidos. Otro perdedor, por su asociación con el FMI, es el ideal del libre mercado” (Tupy M. L. 2003).
A estas razones deben sumarse las críticas sobre la actuación de las autoridades y funcionarios del FMI en la década de los noventa para conformar un conjunto de hechos que movilizó a que el propio organismo hiciera una evaluación de su accionar, como resultado del cual se publicó un documento de la Oficina de Evaluación Independiente (OEI).


El FMI se evalúa


Para la confección del Informe de la OEI un equipo de trabajo entrevistó a unos 40 funcionarios actuales y ex funcionarios integrantes de la Gerencia del FMI, del Directorio Ejecutivo y personal técnico de la institución. Además, consultaron la opinión de funcionarios de otros organismos multilaterales como el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Del mismo modo expresaron sus puntos de vista cerca de cuarenta funcionarios con alta responsabilidad política en la administración económica argentina -en el período 1991-2000- y alrededor de 60 funcionarios de otros países, así como cerca de 90 académicos e integrantes del mundo corporativo de diferentes países.


El Informe abarca el contenido y la eficacia de la supervisión y el diseño de los programas en el período que precedió a la crisis y examina las principales cuestiones y procedimientos vinculados con las decisiones del FMI, desde finales del 2000 hasta diciembre del 2001, focalizándose sobre tres campos de la política económica: la política fiscal, las llamadas reformas estructurales -como las referidas al mercado laboral, el sistema previsional y el sistema financiero- y la política cambiaria

La política fiscal fue el tema de mayor discusión entre las autoridades argentinas y el FMI en el período 1991-2000, destacándose que a pesar de que en ningún año entre 1994 y 2001 se alcanzaron las metas establecidas en los programas, el Fondo mantuvo los programas de financiamiento, flexibilizando su cumplimiento o formalizando nuevos compromisos.

El Informe de la OEI reconoce en este campo tres defectos del FMI: la subestimación de la variación interanual del saldo de la deuda, la relativización de la influencia de las finanzas provinciales como fuente de precariedad fiscal y, por último, la sobrestimación del nivel de endeudamiento que sería sostenible para una economía como la Argentina. Y admite que: “retrospectivamente está claro que los análisis del personal técnico del FMI no tuvieran en cuenta una serie de características importantes de la economía argentina que la hicieron especialmente vulnerable”. Entre los aspectos que menciona como ausentes en la evaluación del FMI se encuentran la casi completa denominación en moneda extranjera de la deuda pública argentina; que los tenedores de la misma eran mayoritariamente no residentes; las falencias de la administración tributaria y, por último, el diferencial de tasas de interés que debían pagar en el mercado internacional las llamadas economías emergentes.

En cuanto a las reformas estructurales fundamentales, el Informe de la OEI destaca las referidas a las relaciones fiscales entre el Gobierno Federal y las provincias, la reforma impositiva y la administración tributaria, las concernientes al mercado laboral, las vinculadas a la seguridad social y, finalmente, las correspondientes al sistema financiero, señalando que: “la característica notable de los programas concertados con Argentina fue la escasa condicionalidad estructural oficial, sobre todo en la forma de criterios de ejecución”. En este sentido destaca que “tampoco se exigió de manera firme el cumplimiento de la escasa condicionalidad que contenían los programas.”

En cuanto a la política cambiaria, recuerda que la actitud del FMI fue “renuente a respaldar el sistema de la convertibilidad”, puesto en marcha  en 1991 con un esquema cambiario de paridades fijas del peso con el dólar estadounidense. Y reconoce que “como la convertibilidad se consideraba un instrumento de estabilización se prestó poca atención a la conveniencia del sistema para el crecimiento a largo plazo”.

Es posible advertir un cambio cualitativo después de la crisis mexicana de fines de 1994. El Informe  destaca que se pasó en las declaraciones públicas e informes internos, de evaluar las políticas de Argentina “teniendo en cuenta” el régimen cambiario que se había elegido a la postura de “avalar” ese régimen. En este sentido, se señala que luego de la crisis mexicana, en marzo de 1995, hubo un documento oficial donde por primera vez se afirma que: “en vista del fortalecimiento de las políticas que han llevado a cabo las autoridades argentinas, el personal técnico del FMI respaldó el mantenimiento del tipo de cambio fijo”. En el mismo sentido da cuenta del discurso del Director Gerente, en Buenos Aires en mayo de 1996, quien sostuvo que: “en los últimos cinco años la ley de Convertibilidad ha sido fundamental en la consolidación del compromiso de la Argentina con respecto a la disciplina fiscal y la estabilidad de precios; en consecuencia, dicha ley continúa desempeñando un rol esencial en el restablecimiento de la confianza.”

El Informe indica que “desde mediados de 1996 hasta fines de 1998, prácticamente no hubo discusiones a fondo acerca de la paridad entre el personal técnico del FMI ni entre éstos y las autoridades argentinas, aunque el tema se planteó ocasionalmente en las reuniones de Directorio.” Y también hace referencia a un trabajo del Departamento de Hemisferio Occidental de agosto de 1999 donde, por primera vez, se comienzan a analizar estrategias para abandonar el tipo de cambio fijo y en el que se mencionaba “la dolarización como un elemento que podría fortalecer más la confianza, siempre que estuviera acompañada de políticas firmes.” Sobre el particular se afirmaba: “si bien la adopción de un régimen de flotación podía conducir a un desempeño más sólido a mediano plazo se recomienda el ajuste fiscal y las reformas estructurales necesarias para restaurar la viabilidad de la convertibilidad.”

El Informe de la OEI resume las razones de la renuencia a analizar la política cambiaria en cuatro factores. En primer lugar, “se temía que el hecho de debatir el régimen de convertibilidad hiciera tambalear su viabilidad”. En segundo término, se aduce que “el FMI careció de herramientas objetivas para evaluar la idoneidad o sustentabilidad del régimen cambiario de un país” y que los análisis realizados “no estaban basados en una visión con miras al futuro del concepto de sustentabilidad”. Además, consigna que la falta de diálogo franco sobre el tema con las autoridades argentinas se deriva de “una interpretación especial e incorrecta del Convenio Constitutivo”. Por último, reconoce que el compromiso del FMI con el régimen de convertibilidad “hizo difícil para la Gerencia y el personal técnico proponer posteriormente alternativas verosímiles al Directorio Ejecutivo y a las autoridades argentinas”.

El Informe de la OEI evalúa la estrategia del FMI, en el período de fines del año 2000 hasta el colapso del régimen de convertibilidad, haciendo hincapié en cuatro episodios relevantes: el aumento de recursos decidido en enero de 2001, la revisión de mayo del mismo año, el aumento de recursos del mes de septiembre y la decisión de diciembre cuando optó por dejar de otorgar respaldo financiero.

A finales del año 2000, el llamado “blindaje” reunió, a través de los compromisos contraídos por las instituciones financieras internacionales, el Gobierno de España y las seguridades de financiamiento del sector privado, una masa de recursos de alrededor de 40.000 millones de dólares en función de una caracterización de la situación como de “problemas de renegociación” y de “necesidad de liquidez” para describir, por parte del FMI, las dificultades de la Argentina.

El programa se basaba en considerar posible el logro de la sustentabilidad de la deuda pública y de la cuenta corriente dentro del régimen de política económica vigente. En ese sentido se señala que el documento preparado por el personal técnico indicaba que “el abandono de la convertibilidad y una cesación de pagos de la deuda tendría enormes consecuencias adversas para la Argentina y para el conjunto de mercados emergentes”, afirmando que “el respaldo amplio y vigoroso en Argentina a la paridad fija del tipo de cambio hacía políticamente impensable cualquier medida que fuese en su contra.”

El Informe revela que en una evaluación del personal técnico, completada en octubre del 2000, donde se examinaron posibles estrategias como el tipo de cambio flotante y la dolarización con o sin ajuste en la paridad cambiaria, no se menciona “como problema fundamental ni la sobrevaluación del tipo de cambio ni la sustentabilidad de la deuda.”

Un dato interesante es el posicionamiento de los integrantes del Directorio Ejecutivo frente al caso argentino ya que, a pesar de aprobar por unanimidad la recomendación  del  Director Gerente, reflejaron tres actitudes diferentes: un grupo reducido que confiaba en el programa, una minoría que representaba a países industriales que afirmaba que la dinámica de la deuda era insostenible y, por lo tanto, “era muy improbable que el programa tuviera éxito” y un amplio grupo, con una posición intermedia, que consideraba que el programa presentaba riesgos sustanciales y que no estaba convencido de que ofrecía una solución duradera.”

A pesar de las observaciones el reducido grupo crítico acompañó la decisión fundado en “los elevados costos que resultarían de retirarle el apoyo al país en esa coyuntura.” El mayoritario, por su parte, también aprobó por creer que el programa “ofrecía la mejor alternativa siempre que el sistema político argentino la aprovechara como una oportunidad para emprender el ajuste fiscal y las reformas estructurales que hacían falta.”

El Informe afirma que existían “varias razones convincentes para respaldar a Argentina” a fines del año 2000. Entre otros, “la preocupación que una crisis de gran alcance en Argentina pudiera tener efectos de contagio en momentos en que se observaba cierto nerviosismo en el resto del mundo, en particular en Turquía y Brasil” y, además, porque “el costo de cualquier estrategia alternativa, por ejemplo abandonar la paridad, sería con toda seguridad elevado.”

A pesar de los incumplimientos, el Directorio Ejecutivo del FMI aprobó por unanimidad el 21 de mayo la recomendación de la Gerencia de concluir la tercera revisión del acuerdo stand by mediante la concesión de dispensas por los considerables desvíos en el cumplimiento de los criterios de ejecución correspondientes al 30 de marzo, lo cual permitía desembolsar un tramo de 1200 millones de dólares.

El factor relevante de esa decisión fue que el personal técnico “se sintió obligado a conceder el beneficio de la duda al nuevo Ministro y temía causar un desplome abrupto, y por ende desordenado, del régimen de política económica.”

Esta opinión del staff estaba relativizada por un documento elaborado a fines de abril por un equipo interdepartamental conformado para realizar tareas analíticas sobre Argentina en forma paralela al avance de las negociaciones del programa y las revisiones, que afirmaba que “ha aumentado la probabilidad de una crisis total en Argentina. Parece improbable que se pueda evitar este resultado, pero no imposible.”

La aprobación del Directorio no fue el resultado de la confianza en la sustentabilidad del programa sino “simplemente se supuso que la mejor estrategia era mantener a Argentina a flote durante el tiempo que se pudiera comprar con los 1200 millones”. O, dicho de otra manera, en palabras de un Director citado por el Informe: “nadie ha propuesto una estrategia diferente que, ajustada en función del riesgo, promete una alternativa menos costosa.”

El 7 de septiembre del 2001 el Directorio Ejecutivo aprobó la recomendación del Director Gerente para concluir la cuarta revisión del acuerdo stand by, aumentando los recursos en alrededor de 8000 millones de dólares, de los cuales 3000 millones se afectarían para respaldar una posible reestructuración de la deuda.

El Informe anota que en una reunión convocada por el Director Gerente con selectos altos funcionarios se estimó que la “posibilidad de éxito del programa sería a lo sumo del 20%- 30%”. Según algunos presentes en la reunión un elemento fundamental para la decisión fue “la preocupación por la reacción política en contra del asesoramiento del FMI, especialmente en América Latina, si se daba la impresión de negar el apoyo a un país que había  estado aplicando programas respaldados por el FMI en el último decenio.”

En la reunión del Directorio Ejecutivo, contrariando las costumbres del proceso decisorio del FMI, dos directores se abstuvieron de votar. Según las actas de esa reunión “varios directores consideraron que la situación no era sostenible y que el programa no ofrecía medidas correctivas satisfactorias.”

El Informe sostiene que el programa se basaba en políticas “contraproducentes” -como las utilizadas en el llamado factor de convergencia entre el dólar y el euro- o “ineficaces e insostenibles en todo lugar en que se habían ensayado” -como ocurrió con la ley del déficit cero- y por otro lado, tampoco abordaba la “ya evidente sobrevaluación del tipo de cambio.”

Se observó también que el Directorio Ejecutivo “tampoco desempeñó activamente su función de supervisión para salvaguardar los recursos del FMI” puesto que el desembolso del tramo de 5000 millones haría de la exposición crediticia del FMI frente a la Argentina un de las más arriesgados de su historia.”

En este sentido, se da cuenta de un acuerdo entre el Ministro de Economía y el Director Gerente por el cual la Argentina se avenía a considerar una estrategia alternativa y discutirla con el FMI “cuando las reservas llegaran a un nivel inferior al de los créditos otorgados por el FMI.”

La decisión de no concluir la revisión del acuerdo entre Argentina y el FMI prevista para el mes de diciembre estuvo, de acuerdo al Informe, “bien fundada” ya que al momento “era obvio para la mayoría de los observadores que no podía evitarse una devaluación del peso y una reestructuración integral de la deuda que redujera el valor presente neto, y que ningún programa sería sostenible si las autoridades argentinas no estaban dispuestas a considerar estas opciones.”

Por otro lado se destaca que la conclusión de no terminar con la revisión, a la que se había arribado en el mes de octubre, “no se comunica con claridad a las autoridades”.

El examen del proceso decisorio del FMI sobre Argentina en el año 2001 que realiza el Informe señala que a pesar de 16 reuniones informales del Directorio -entre Diciembre de 2000 y enero de 2002- ese cuerpo como institución “desempeñó un limitado papel en el aporte de sugerencias y recomendaciones, no solo en los detalles específicos del diseño del programa (como es habitual) sino también en la estrategia general del país.”

El hecho de pasar por alto al Directorio, concluye el Informe, “atenta contra su función en la institución y debilita la transparencia y la rendición de cuentas en el proceso de toma de decisiones del FMI.”

En este sentido el Informe cita una evaluación interna del papel del FMI donde se señala que se “cedió a presiones externas, políticas y de mercado, favorables a que se continuara prestando asistencia, a pesar de las serias dudas sobre la sustentabilidad fiscal y externa.”



Otras consideraciones


El análisis del conjunto de conclusiones (12), lecciones (10) y recomendaciones (6) a las que arriba el Informe permite formular algunas consideraciones que se juzgan pertinentes para una mejor comprensión  del caso argentino en la  década del noventa.(Ver cuadros 1,2 y 3, respectivamente).

En relación a la estrategia cambiaria, es necesario recordar que sólo unos pocos países tuvieron paridades rígidas durante la totalidad o parte del período en que rigió en la Argentina la convertibilidad. Entre ellos, Ecuador y Panamá tenían su economía dolarizada, los restantes: Bulgaria, Hong Kong, Estonia y Lituania tenían regímenes  de cajas de conversión al estilo de la vigente en Argentina.

Durante el período 1992-2001 el comercio internacional argentino en relación al producto fue del 16,4%, un porcentaje sensiblemente menor al del promedio de las siete economías con paridad cambiaria rígida, que era alrededor del  96%. Además, en Argentina -como en Hong Kong- solo una pequeña fracción del comercio -de alrededor del 15%- se practicaba con el país que proveía el ancla monetaria.

Por otra parte, llama la atención la falta de referencia a la crisis de la Argentina, y de otros países de la región, de principios de los ochenta como antecedente de las consecuencias económicas, financieras, fiscales y sociales de estrategias anti-inflacionarias basadas en esquemas macroeconómicos que combinan tipo de cambio prefijado y apreciado junto con una política monetaria pasiva: “en la primera mitad de la década de 1990, cuando se experimentaba un nuevo auge de los flujos de capital, no faltaba experiencia histórica, ni trabajo analítico ni recomendaciones de política que sirvieran de antecedentes para examinar los procesos que se estaban desarrollando” (Frenkel R. 2003).

En cuanto al desempeño fiscal durante el régimen de convertibilidad es constante la identificación del desequilibrio fiscal como causa central -en algunos casos excluyente- del colapso del esquema macroeconómico. El ex Director del Departamento de Investigación del FMI -entre 1991 y 2001- Michael Mussa, afirma que: “la causa fundamental del desastre es la inhabilidad crónica de las autoridades argentinas de mantener una política fiscal responsable” (Mussa M. 2002).

Esta conducta de “alcohólico crónico” en el manejo de los asuntos fiscales -según la provocativa retórica de Mussa- no parece corresponderse con los datos empíricos. El gasto primario real, deflactado por el índice de precios al consumidor, fue para el año 2001 sólo un 3% más elevado que el registrado en 1991, constituyendo una diferencia poco relevante para la causalidad que Mussa le asigna (Damill M y Juvenal L. 2003).

En el mismo sentido, (Ver Cuadro N º4) del análisis de los resultados fiscales acumulados en la década de los noventa -expresados en millones de dólares a precios corrientes- queda claro que aún computando los gravosos efectos de la reforma de la seguridad social que tuvo el traslado de aportantes del sistema de reparto al de capitalzación, el resultado primario del sector público fue positivo.

La cuenta de intereses, por el contrario, tuvo un comportamiento explosivo ya que mientras en 1991 representaba sólo el 5,6% de los ingresos tributarios, hacia el 2001 significó el 23,4% de la recaudación, incluidas las contribuciones al sistema previsional público. Este incremento del peso de los intereses se explica no sólo por el cambio en la magnitud de la deuda sino también por el incremento de la tasa media  de interés que pasó del 5,8% en 1996 al 9,4%, en el año 2001.

Así, la emergencia del déficit no fue el resultado de una política fiscal dispendiosa, sino básicamente consecuencia de la reforma del régimen de la seguridad social que, como fuera tempranamente anticipado, estaba llamada a generar un costo de gran magnitud en la transición entre los dos sistemas (Cetrángolo O. 1994). El déficit, incrementado por las llamadas devaluaciones fiscales para morigerar los problemas de competitividad, tuvo que ser cubierto con un creciente endeudamiento público, que asociado con los déficit de cuenta corriente -consecuencia de la estructura de precios relativos que penalizaba la producción de bienes transables internacionalmente- generaron más dudas que certezas sobre la sostenibilidad de la deuda pública.

En otros términos, y como señala un reciente trabajo de la CEPAL sobre un panorama de largo plazo de las cuentas públicas de la Argentina “la contradicción entre la mejora de la competitividad mediante reducciones impositivas y la necesidad de presentar cuentas fiscales superavitarias derivaron en un conflicto irresuelto entre equilibrio fiscal y externo, afectando la sustentabilidad de la política fiscal de la convertibilidad” (Cetrángolo O. y Jiménez J.P. 2003)


Acerca de la Nueva Arquitectura Financiera Internacional (NAFI)


Las particularidades del actual funcionamiento del sistema financiero internacional estaban fuera de los términos de referencia del Informe. Sin embargo, es impensable efectuar un análisis de la crisis sin tener en cuenta que la sucesión de shocks externos que afectaron a la Argentina y a otros países y regiones estuvieron y están relacionados con los problemas sistémicos del actual mercado financiero global. Dichos problemas reflejan una inadecuación del sistema actual que desde la crisis del petróleo –a principios de la década de los ’70- se ha manejado en forma “provisoria”, sin que se hayan adecuado los organismos de crédito a las nuevas realidades económicas.

Esa inadecuación ha sido expuesta y analizada por académicos y actores involucrados, sin que hasta la actualidad se haya resuelto un nuevo acuerdo general sobre qué perfil deben adquirir las instituciones en juego, o si simplemente deben ser suprimidas.

Es indudable que desde comienzos de los ’70, el panorama financiero mundial evolucionó a un ritmo vertiginoso y carente de una regulación efectiva que permita cumplir con los objetivos fundantes del FMI. Uno de los ejes de esa evolución ha sido un intenso proceso de innovación en el campo de los instrumentos financieros, potenciado por las nuevas tecnologías de la información y por los avances en las comunicaciones. Ese proceso se articuló con una progresiva liberalización de las actividades financieras en un grupo cada vez más numeroso de países.

Inicialmente, la liberalización financiera había adquirido impulso en el mundo desarrollado, pero se extendió hacia otras regiones en forma progresiva, en especial desde mediados de los años setenta, y con particular intensidad en los noventa. Los mercados financieros evolucionaron hacia mayores niveles de integración y los volúmenes de operaciones se expandieron con extraordinaria rapidez.

Sin embargo, una sucesión de eventos críticos como la devaluación mexicana de 1994, la inestabilidad en varias economías del sudeste de Asia desde mediados de 1997, la crisis rusa, etc, seguidos de períodos de turbulencia financiera internacional, efectos de contagio, rápidas modificaciones de los volúmenes y del sentido de los flujos de capital y reacciones de política o programas de salvataje que dieron lugar a mucha controversia por su diseño y efectos, han plasmado en una extendida insatisfacción acerca de la forma de funcionamiento actual del sistema financiero internacional.         

Esa insatisfacción da origen al debate acerca del papel que deberían tener los organismos multilaterales como el FMI, y cómo y por qué caminos es posible mejorar su desempeño. Los argumentos que se esgrimen abarcan un espectro de posiciones muy amplio. En lo que refiere al FMI, se sostiene desde su eliminación (Meltzer A.1999) -posición que impulsa un avance hacia una profundización de la desregulación financiera internacional-, hasta la conformación de una única autoridad financiera internacional regulatoria y con capacidad de actuar como prestamista de última instancia en esa escala.

Los temas en discusión pueden agruparse en dos grandes tópicos relacionados con los mecanismos de prevención de las crisis y las formas de resolución de las mismas. En ambos casos, además, se abordan aspectos que tienen que ver con las instituciones y regulaciones internacionales, por un lado, y con las instituciones, regulaciones y políticas de orden nacional, por otro.

En este sentido, el desplazamiento de los bancos comerciales por tenedores de bonos -ya sean fondos de inversión o de pensión, compañías de seguros o inversores particulares- como financistas de los países, complica el desempeño de un mercado de naturaleza global en el que no hay regulaciones prudenciales ni régimen para el cumplimiento de los contratos en lo que a deuda soberana se refiere.

Este debate sobre la “nueva arquitectura financiera internacional” (NAFI) concepto atribuido al ex Secretario del Tesoro de los EEUU Robert Rubin, sitúa en el centro de la escena a las instituciones financieras multilaterales que funcionan sin el respaldo de un prestamista de última instancia. Esta ausencia se hace más manifiesta cuando se constata que mientras las cuotas de los países miembros del FMI se incrementaron en los últimos treinta años del siglo pasado un 170% en dólares reales, las economías de los países emergentes crecieron un 250%, el comercio mundial un 440% y los movimientos de capitales privados un 850%. En este contexto el FMI tenía, hacia finales del 2001, “200  billones disponibles para préstamos, lo que representa menos del 10 % de la deuda externa de los países de ingreso medio y bajo” (Machinea J. L. 2002).

Esta circunstancia es particularmente relevante para Argentina ya que a pesar de haber transferido en forma neta a los organismos internacionales (Ver Cuadro Nº 5), casi 7800 millones de dólares entre enero del 2002 y junio del 2004, la intención de los principales accionistas del FMI es reducir la exposición financiera de la institución con los mayores deudores, entre los que se encuentra Argentina con una deuda equivalente -a mayo de 2004- al 586% de su cuota, sólo superado por Brasil con el 697% y Turquía con 1674%.

Si bien la insatisfacción con la situación presente de los organismos internacionales de crédito está muy difundida, no se basa en un diagnóstico ampliamente compartido por los participantes en la discusión, ni lleva a propuestas congruentes. Por el contrario, los diseños de reforma sugeridos por distintos actores en este debate se caracterizan por su diversidad, y son a veces, francamente contradictorios. Esto no puede verse sino como algo natural, dados los conflictos de naturaleza política y económica que tal proceso de reforma involucraría. Agrupamientos de países como el G-7 y el G-22 han elaborado distintas propuestas, y también lo han hecho diversos gobiernos de países desarrollados , como los de Francia, Alemania, Canadá, el Reino Unido.


Reflexión final


En medio de este proceso de cambio, los países como la Argentina deben sobreponerse a las crisis que no fueron previstas y aún peor, fueron alentadas desde el diseño de políticas públicas con la asistencia del FMI.

A la luz de lo expuesto resulta pertinente plantearse dos interrogantes de naturaleza no estrictamente económica: ¿Existió la posibilidad de evitar el colapso del esquema de la convertibilidad que estaba condicionado desde sus inicios por sus debilidades estructurales y fue afectado, en su devenir, por la combinación del impacto de la crisis de pagos de otros importantes deudores en el mercado internacional, por la devaluación del real en Brasil, el fortalecimiento del dólar frente al resto de las monedas y el declive de los precios internacionales de los principales productos de exportación de la Argentina? Y, por otra parte: ¿El sistema político argentino disponía de recursos -entendidos como diagnósticos apropiados, iniciativa estratégica, aptitud para la persuasión social y capacidad para articular intereses contrapuestos- como para afrontar, con razonables perspectivas de éxito, las consecuencias de un cambio de régimen?

El desarrollo de los acontecimientos indica que la realidad se encargó de responder, negativa y dramáticamente, a estas preguntas.

En estos errores incurrieron todos los actores involucrados -públicos y privados, políticos y sociales, argentinos y extranjeros- que a lo largo de una década, caracterizada como de “un justificado o injustificado optimismo” (Novaro M. 2002), no quisieron escuchar los argumentos de quienes alertaban sobre las consecuencias del esquema vigente o, en otros casos, no estuvieron dispuestos a sacrificar intereses personales o de sector, o bien carecieron de la aptitud para afrontar decisiones que priorizaran el interés general.

En esta lista de corresponsables el FMI ocupa un lugar destacado ya que, además de lo planteado en el Informe por la propia Oficina de Evaluación independiente, es necesario recordar que “muchas de los políticas económicas de la Argentina fueron ampliamente aplaudidas y señaladas como un modelo que otros mercados emergentes debían imitar, aprobación internacional que fue  magnificada por el Presidente Menem en su triunfal discurso en el Encuentro Anual del FMI- Banco Mundial el 4 de octubre de 1998” (Mussa M. 2002).



Cuadro Nº1
 Conclusiones del Informe de la OEI
Panorama general de la crisis
 1
El catastrófico derrumbe de la economía argentina en 2001-2002 refleja el hecho que las autoridades argentinas encargadas de formular políticas no adoptaron las medidas correctivas necesarias con suficiente antelación. El FMI, por su parte, respaldado por sus principales accionistas, también falló al no solicitar oportunamente que se dejara de respaldar una estrategia que, tal como se estaba implementando, era insostenible.
2
Hacia finales de 2000, cuando la recesión en curso y la discordia política interna ya habían hecho que Argentina perdiera acceso a los mercados internacionales de capital, el país se enfrentaba a la vez a un problema cambiario y a un problema de sustentabilidad de la deuda
3
El programa de enero de 2001 fue, por consiguiente, optimista desde un principio, y de hecho los compromisos asumidos en el marco del programa no se implementaron en su totalidad.
Supervisión y diseño de los programas en el período anterior a la crisis
4
El FMI identificó correctamente los posibles puntos vulnerables inherentes al régimen de convertibilidad para un país como Argentina y señaló la necesidad de la disciplina fiscal y la flexibilidad del mercado laboral como elementos esenciales para mantener dicho régimen.
5
La experiencia de Argentina ilustra los problemas que se plantean cuando el país adopta y hace suyas políticas deficientes o inconsistentes.
6
En retrospectiva, hubiese sido mejor presionar para que el cambio se realizara mucho antes en la década de los noventa. Una posición clara con respecto a la necesidad de una salida al régimen hubiese creado el marco para los posteriores intercambios de opiniones con las autoridades del país.
7
Durante todo el período las opiniones articuladas al interior del FMI y en los diversos sectores de la institución fueran dispares.
Gestión de la crisis
8
La decisión adoptada en enero de 2001 de aumentar el monto del acuerdo stand by con Argentina adoleció de varias deficiencias
9
La decisión  de dar por concluida la tercera revisión en mayo de 2001 y más aun, la ulterior decisión de volver a aumentar el monto del acuerdo en septiembre de 2001 fue cuestionable a la luz del  espíritu -si no la letra-de las normas del FMI sobre el financiamiento  en caso de crisis.
10
No se utilizaron los instrumentos analíticos disponibles para analizar con suficiente profundidad las posibles vulnerabilidades
11
La planificación para contingencias fue condicionada, en parte debido a que las autoridades no estaban dispuestos a considerar otros cursos de acción alternativos para el caso de que fracasara la estrategia que ellos preferían.
12
Si bien el Directorio Ejecutivo no contó en todos los casos con todos los elementos requeridos para tomar decisiones bien informadas, no realizó un seguimiento cabal para evitar que los recursos del FMI se utilizaran en respaldo de una política insostenible, ni ejerció plenamente su función fiduciaria de proteger el carácter rotativo de dichos recursos. En parte, esto obedeció al hecho de que el Directorio -con cierta renuencia  en algunos casos- aceptó tener una participación estratégica limitada en las decisiones adoptadas por la Gerencia y no recibió en algunos casos información crítica.

Fuente: Elaboración propia a partir del Informe de la OEI



Cuadro Nº 2

Lecciones del Informe de la OEI
Supervisión de políticas económicas y diseño de los programas
1
El FMI debe ejercer una firme supervisión para velar por que el régimen escogido sea congruente    con las demás políticas y se ajuste a las restricciones.
2
El nivel de deuda sostenible para las economías de mercado emergentes en un contexto de apertura de la cuenta de capital puede ser más bajo de lo que se había pensado.
3
La decisión de las autoridades de dar carácter precautorio a un acuerdo plantea el riesgo de que, en la práctica, las normas para obtener respaldo del FMI se debiliten.
4
Si bien es esencial que el país se sienta dueño de los programas que serán respaldados por el FMI, esto no es suficiente, ya que pueden obtenerse resultados no deseados si lo decidido por las autoridades implica que se aplicaron políticas mal orientadas y excesivamente débiles.
5
Un desempeño macroeconómico favorable, incluso si se mantiene durante cierto período, puede ocultar deficiencias institucionales subyacentes, las que pueden convertirse en obstáculos insuperables para reestablecer rápidamente la confianza si el crecimiento se ve interrumpido por acontecimientos externos desfavorables.
6
La decisión de respaldar un determinado marco de política económica entraña necesariamente una evaluación probabilística, pero es importante que la evaluación sea lo más rigurosa posible y que se cuente, desde un inicio, con una estrategia contingente en caso de que no se materialicen algunos supuestos críticos.
7
El enfoque catalítico para resolver una crisis de la cuenta de capital funciona adecuadamente en condiciones muy estrictas.
8
La ingeniería financiera en forma de reestructuración de la deuda voluntaria y basada en el mercado es costosa, y es poco probable que mejore la sustentabilidad de la deuda si se emprende en condiciones de crisis sin contar con una estrategia económica creíble e integral.
9
Si se retrasa la adopción de las medidas necesarias para resolver una crisis, puede elevarse mucho su costo final.
10
Para reducir al mínimo los errores y aumentar la eficacia, debe mejorarse el proceso de toma de decisiones en el FMI en cuanto al análisis de riesgos, rendición de cuentas y predictibilidad.

Fuente: Elaboración propia a partir del Informe de la OEI

Cuadro Nº 3
 Recomendaciones del Informe de la OEI
Gestión de Crisis
1
El FMI deberá tener una estrategia de contingencia desde el momento en que comienza una crisis, que incluya en particular normas para limitar el daño.
2
Si se duda de la sustentabilidad de la deuda o del tipo de cambio, el FMI deberá indicar que su apoyo está condicionado a un cambio significativo de las políticas del país mientras sigue trabajando activamente con el país para propiciar el cambio.
3
La supervisión que ejerce el FMI deberá centrarse en la sustentabilidad del tipo de cambio y de la deuda a mediano plazo.
4
El FMI no debería iniciar ni mantener una relación a través de programas con un país cuando no haya una necesidad inmediata de balanza de pagos y existan graves obstáculos de índole política para que se realice el ajuste o la reforma estructural que se necesitan.
5
El acceso excepcional deberá entrañar la presunción de que hay una estrecha colaboración entre las autoridades y el FMI.
Proceso decisorio
6
Es preciso fortalecer el papel que le compete al Directorio Ejecutivo.
Fuente: Elaboración propia a partir del Informe de la OEI

Cuadro Nº 4
 Resultados fiscales en la década del noventa (base devengada, en millones de dólares, a precios corrientes)

Acumulado  1991-2001

Resultado Primario sin Seguridad Social      
66972
Resultado de la Seguridad Social *
-52345
Resultado Primario
14627
Pagos de Intereses
-59960
Resultado del Sector Público Nacional
-45333
*No corresponde  exactamente al déficit de seguridad social pública, sino a la diferencia entre los pagos previsionales reflejados en las cuentas del Gobierno Nacional y los ingresos propios de ese  sistema, derivado de aportes patronales y contribuciones jubilatorias sobre salario. Ese sistema también recibe ingresos a partir de otras fuentes, como una parte de la recaudación del impuesto a las ganancias, etc.

Fuente: M. Damill, R. Frenkel y L. Juvenal. Las Cuentas Públicas y la Crisis de la Convertibilidad en la Argentina. CEDES. Buenos Aires.2003

Cuadro Nº 5
Pagos Netos a Organismos Internacionales
Año
Monto en millones de dólares corrientes
1993
-2595
1994
-45
1995
-2729
1996
-428
1997
-110
1998
-1163
1999
-22
2000
-429
2001
-9578
2002
4127
2003
2426
2004
1231
Fuente:  Ministerio de Economía y Producción.  Argentina, el FMI y la crisis de la deuda. Análisis Nº II. Junio de 2004.



Bibliografía

Lucioni L. (2002). Evolución y perspectivas del Financiamiento del FMI en la Argentina. CECE. Serie Estudios Nº 28. Buenos Aires.

Frenkel R. (2003).Globalización y crisis financiera en América Latina. Revista de la CEPAL Nº 80. Santiago de Chile.

Mussa M. (2002). Argentina y el FMI. Del triunfo a la tragedia. Editorial Planeta. Buenos Aires.

Damill M.  y Juvenal L. (2003). Las cuentas públicas y la crisis de la Convertibilidad en la Argentina. CEDES. Buenos Aires.

Cetrángolo O. (1994). El nuevo sistema previsional ¿una reforma definitiva?. Serie Notas 2. CECE. Buenos Aires.

Cetrángolo O y Jiménez J.P. (2003). Política fiscal en Argentina durante el régimen de convertibilidad. CEPAL. Santiago de Chile.

Machinea J.L. (2001). La crisis de la deuda , el financiamiento internacional y la participación del sector privado. Mimeo. Washington DC.

Novaro N. comp. (2002). El derrumbe político en el ocaso de la convertibilidad. Grupo Editorial Norma. Buenos Aires.

Tupy M. L. (2003). Es hora de examinar el papel del FMI en la política exterior estadounidense. En www.elcato.org